De regreso a la realidad; muchas cosas pasaron: Oaxaca, ganaron los cardenales, el waiting room que se suponía vendría no es el waiting room que yo esperaba que viniera, o al menos ellos no saben que vendrán, según un mensaje que recibí; en la fac ya me avisaron que tengo tarea de tal y de tal y de tal. Estoy cansado; muchas fotos, información, sol, frío, arena, calor, lluvia, atún y alcohol.
El primer día, como cualquier otra práctica: formación tal, dirección tal, descrita por, orogenia tal, en lugares comunes que cualquiera ha visto o al menos para mí no eran tan interesantes, bueno, casi, estábamos en el núcleo de la Sierra Madre Oriental, caminamos, bajamos un cerro, un valle, una cascada, un abanico aluvial, una vieja hidroeléctrica, fósiles y cosas como esa.
Lo bonito vino después, cuando llegamos a piedras encimadas. El lugar esta pocamadre, además de que ya no hicimos nada, solo ayudar al prof. a preparar la carne que nos prometió y a comer; compramos unos cartones de cerveza y a cotorrear. Muy divertido, por momentos me uní al grupo y conviví, pero después me di cuenta de las estrellas, no lo pude evitar, me alejé y me perdí en ellas. Me fui a dormir a mi tienda de campaña y ya no supe nada, hasta que escuche sus cánticos. Seguí dormido.
En el segundo día recogimos el campamento y fuimos a recorrer el parque. Interpretamos, tomamos muestras, analizamos las formaciones y su origen. Como a las 12 nos fuimos, teníamos que hacer mas estaciones, pero no fueron tan interesantes como piedras encimadas.
Antes de cruzar de Puebla a Veracruz, como a dos horas de Poza Rica, se le poncho la llanta al camión. Nadie bajó a ayudar al chofer, hasta como media hora después que me asomé y vi al pobre chof. sufriendo, y le dije a V.: creo que nos vimos mala onda, nadie se ha bajado. -¿Vamos?, me contestó. Y bajamos.
Cambiar los birlos de un camión no es cosa fácil; ahí estábamos V y yo subidos en un tubo brincando para aflojarlos, creo que si no hubiéramos bajado seguiríamos ahí esperando a que el chofer solo cambiara la llanta. En fin, fue divertido, con lluvia, en una pequeña carretera en la sierra. Ahora se cambiar la llanta de un autobús.
Por la noche llegamos a la playa. Instalamos el campamento y yo me fui a dormir, los demás de nuevo organizaron desmadre. Yo preferí dormir.
El tercer día fue el mejor. Pasamos de un manglar a unas dunas. Toneladas y toneladas de arena, enormes dunas en sus distintas formas, pero seguro si siguen leyendo esto ya están aburridos y si empiezo a escribir términos y definiciones de tipos de dunas seguro abandonan, pero bueno, que puedo decir. Impresionante.
Por la noche llegamos al puerto. Salimos en la noche a cenar, compramos nuestro armamento para la noche. Todo listo. Y fue cuando todo se salió de control.
No se como llegué a mi cuarto, tengo recuerdos de recorrer todo el hotel en busca de mi cuarto porque ahí tenía otra botella de tequila, lo encontré, regresé con los demás y ya no se que pasó. Me despertó al otro día el teléfono. Primero habló V. luego habló el prof. para avisar que nos veríamos a las 8.30 en el lobby; no había tiempo de nada, eran las 8, y tenía que recoger todo el desmadre, me di cuenta de que estaba solo, se suponía que dormiría con otros dos. Después me dijeron que como yo tenía la llave dejé cerrado y no pudieron entrar. Fueron a buscarme, tocaron y tocaron, todo el hotel se despertó, excepto yo. Estaba muy mal. Ellos estaban peor, yo fui el barman.
Esa mañana mientras mi cabeza zumbaba y me dolía escuchaba, (o eso trataba), la explicación de cómo funcionan las corrientes del golfo y porque hay arrecifes en Veracruz.
Después fuimos a la playa, nadamos un rato y regresamos al defectuoso.
Omití muchos detalles porque me dio flojera escribir tanto. Ja.