¿Y dónde está el piloto?

Desde que conocí el metro, como a los 4 años, en esos viajes al otro lado del mundo con doña C y mi hermano, al menos eso parecía, eran unos viajes muy largos, pero cuando no había gente era lo máximo, podía ver a través de las ventanas, la oscuridad, las señales, las luces, los semáforos, unos numeritos que se veían (que después supe para que servían). Unos años después, cuando mi papá me enseño a viajar en el, me hice la costumbre de ir hasta adelante, podía ver al conductor por la ventana y a veces lo que el conductor veía, si es que no tenía tapada la ventana, que se supone esta prohibido. Siempre me pregunté el cómo le hacían para calcular donde detenerse exactamente o qué tan rápido podían ir. Ahora lo se.

Alguna tarde de fin de semana, tenía, creo, 16 años; estábamos un cuate y yo haciendo tiempo para ir a una fiesta, llegaríamos en metro y también faltaba de llegar otro que encontraríamos al otro lado de la ciudad. El papa de mi amigo trabajaba en el metro, y a veces era conductor. Una de las ventajas de tener un familiar directo que trabaja en el metro es que viajas gratis, mi amigo puede ir a cualquier parte de la ciudad sin pagar, y si esta atascado puede irse con el conductor cómodamente; un caso parecido conocí en Italia, un sujeto con el que platiqué en un tren viajaba gratis, su padre también era conductor de tren y también podía viajar por toda Italia en ciertos trenes, gratis.
Pero bueno; estábamos ese día vagando cuando nos encontramos a su papa en el metro que íbamos, él conducía, así que fuimos con el. Estábamos en Taxqueña, teníamos toda la ruta para cotorrear y cumplir ese sueño de manejar el metro. Mi amigo le dijo a su papa: Manolo siempre ha querido manejar, enséñale. Yo me asusté por supuesto, dije no no… pero no, no pude negarme mas; me explicó: toma esa palanca, es la potencia, gírala suavemente y listo. No rebases de este punto, depende de la zona, mira, esos letreros que aparecen son las velocidades, lo máximo es 80, pero nunca llegamos a eso, normalmente entre 50 y 60, pero mira… aceleró casi hasta 70, puesto que no era zona de alta velocidad. Puede llegar hasta más de 100, pero no aquí, me dijo. Tres estaciones mas ya tenía el metro en mi mano, segundos después pude oprimir otro botón y hacer el “tuuuu, tuuuuú”, y otras estaciones después aprendí a frenar, y a que abrir las puertas un poquito antes de detenerte completamente, esto ayuda a frenar y que sea más suave. A esas horas no había tanta gente, unas 500 personas, pero aún así, yo temblaba, sus vidas en mi mano derecha.
Parece muy sencillo, y lo es, pero yo sólo conduje algunas estaciones, en realidad el tablero tiene más de 120 botones y palancas, para resolver cientos de problemas posibles.

Ese día cumplí una de esas cosas que dices “de broma”, estaría bien hacer…

Ahora me falta: manejar un trailer, pero de esos australianos de muchos remolques (ya moví un camión de 6 toneladas, también la camioneta de mi papá con el remolque, pero no vale), un trascabo, una grúa (de construcción), un barco de mas de 50 pies (he manejado lanchas, pero tampoco vale), y el más loco, pero que más quiero, un trasbordador espacial.