En verdad, si no fuera por la música, habría más razones para volverse loco

Eso lo dijo Tchaikovski, pero ¿qué pasa cuando los músicos ya lo están?

Empiezan a tocar los demás, tal vez primero el bataco, el cual voltea la cabeza, casi puede ver su espalda, pero sigue tocando, cierra los ojos, pero sigue tocando, empieza con unas escobillas suave con los tambores, después tal vez el teclado, suave también, después los dos de viento, más suave aún, al final empiezas a tocar tu. Eres el bajista. Después de una hora de subir y bajar, conjuntar notas y destrozarlas por completo te vuelves loco y empiezas a gritar, el tecladista también toma un micro y hace sonidos extraños, los demás hasta se ríen, un platillo de la batería se está cayendo pero se da cuenta el sax y lo toma, abre los ojos el baterista y le empieza a pegar al platillo cayéndose, pero el otro sujeto todavía sosteniéndolo, uno solo con el platillo en mano-sostenida. La pieza termina y tú, bajista loco brincas y levantas el puño, la gente se anima y clama por más.





Ellos son Pink Freud, tocaron el sábado en el CNA

Lo único malo fue la gente. Creen que están en una cantina o algo así, se la pasan platicando, hablando por teléfono, haciendo ruido y todo el tiempo se escucha el murmullo y no puedes disfrutar a gusto. Malditos.