sábado, febrero 14, 2009

Estamos sordos

Un día de Abril del 2007, un sujeto en Washington D.C. entró a una estación del metro, sacó su violín del estuche y tocó por algo más de 40 minutos.

He visto a muchos músicos en esta ciudad tocando en los troles, metros o en la calle. Algunos buenos, otros muy malos, pero hacen el intento. Una vez dos sujetos, de unos 25 años, con dos guitarritas tocaban sones clásicos pero adaptando la letra a la gente que iba en el trole y el destino que tenían, contaban algo de que iban a Taxqueña y que subirían al metro y no se que, fue hace tiempo y ahora no recuerdo, me divertí mucho. Me gusta escuchar a la gente que toca en la calle, le pongo pausa a mi MP3 y pongo atención. A veces es difícil, porque es más escándalo y desorden que música, pero bueno, no podemos pedir mucho.

Durante el tiempo que estuvo el sujeto tocando el violín en ese metro más de mil personas pasaron por ahí. Sólo unos 5 se detuvieron a escucharlo. Y sólo una señora lo reconoció.

El sujeto es uno de los más grandes violinistas de este planeta, se llama Joshua Bell, tocando un Stradivarius de más de 3 millones de dólares, dando un concierto gratis en el metro.

¿De verdad sabremos apreciar lo que vemos, escuchamos, olemos, probamos, sentimos?
Mil personas pasaron.
Mil personas ni lo notaron.

Chale. ¿De cuánto me he perdido?
Cada vez convirtiéndonos más en esas mil personas que pasaron de largo.



La nota y experimento es del Washington Post, y lo pueden leer -aquí-.

Gracias a Bernal por pasarlo.

6 comentarios:

the lines on my face dijo...

precisamente por eso me quejo del tiempo!!! cronometriza la vida y no nos deja apreciar tantas cosas...
A mi me han tocado varios así... en Londres sí me quedaba un rato a escucharlos... prisa para qué si podemos disfrutar unos minutos....
en fin en fin... tratémoslo, aunque sea en el df...
besitos

Unknown dijo...

de todas formas no hay ningún sentido en llegar a un lado a tiempo
corriendo
para qué

eso es una de las cosas que he aprendido en el último par de años


a escuchar
a disfrutar mi tiempo

y yo también soy fan de escuchar a los músicos urbanos

que bonito y triste experimento
real

saludirijillos

Diana dijo...

Yo habría caído muerta... Joshua Bell!!!!!. Pero entiendo el punto, hay que detenerse, no sólo a escuchar, también a leer posts como el tuyo.

Lodi dijo...

Lo admito, soy una ignorante en lo que es sobre música, pero por qué ésto no pasa en LA cuando ando de mensa en el metro? :(


Manolo, recomiéndame unos bares o lugarcillos para ir después del concierto. Pero que no sean antros y que sean más o menos de mi gusto, o lugares de tu gusto que frecuentes y creas que sean ideales para 15 fans locos que irán para la experiencia :P

Andrés dijo...

uno ve escucha y huele lo que esta buscando, y en lo que piensa, hay un experimento chistoso que deseguro ya hicieron mail cadena de un dibujo, si una persona adulta mañosa y pervertida como yo o cualquiera que lea esto lo ve, seguro vera a dos personas teniendo relaciones sexuales, si un niño de 5 años lo ve, seguro vera un par de delfines en el agua. si alguien junta ve al violinista se detendra escuchara mejor y dira "no mames!!!!" si cualquier otro pasa dice "no mames, tengo que llegar a tiempo, y eso... eso no es RBD no me importa"

Javiere dijo...

Yo estoy completamente seguro de que no lo hubiera reconocido pero pa ni madres!!! No conozco el nombre de un solo violinista o chelista, ni nada por el estilo, sin embargo puedo asegurar que cuando escucho a alguien tocando un poco mejor que el promedio, pongo mucha atención y me agrada mucho.

Es más, olvidemos de quien toque bien, a veces causa admiración el solo hecho de que traigan el instrumento afinado correctamente... NETA!!!